Resumen
A pesar del creciente cientificismo actual la restauración sigue siendo una
disciplina de innegable carácter especulativo. Ciertamente las tareas de con
servación de los bienes culturales siempre estarán gobernadas por un necesa
rio espíritu de objetividad. Sin embargo, las tareas de restauración propiamen
te dichas configuran un ámbito de trabajo mucho más inestable desde el punto
de vista de la aplicación de criterios. La limpieza o la recomposición de pintu
ras, esculturas o restos arqueológicos no pueden quedar fijadas por normas
o rígidos esquemas teóricos. Al contrario de lo que sucede en la conservación,
en estas tareas las cosas pueden ser de distintas maneras, y estas dependen,
fundamentalmente, del modo en que los objetos artísticos funcionan en la con
ciencia de los espectadores. Tal vez este carácter optativo propio de la restau
ración sea lo que le confiere mayor dificultad pero, a la vez, también le da ma
yor atractivo.
Con algunas obligadas transformaciones del texto original, el siguiente artícu
lo se ha extraído de «Fondo y figura. El sentido de la restauración en el arte con
temporáneo» (Editorial Polifemo, 2008). Probablemente esta clase de arte sea
uno de los campos de trabajo más conflictivos para el desarrollo de criterios, y
de ahí surge el interés por todo lo relacionado con los aspectos teóricos del arte
y de la restauración. Si, como entiendo, el funcionamiento social del arte está
en la base de cualquier propuesta teórica sobre su restauración, parece de la
máxima importancia profundizar en el conocimiento de la particular naturale
za del arte contemporáneo, hoy tan lleno de incertidumbres como en sus co
mienzos. El artículo que sigue a continuación pretende aportar algo a este co
nocimiento tratando uno de los temas más espinosos de la teoría artística.