Resumen
Un montón de calcopirita, que descansaba en el seno de la tierra desde tiempos inmemoriales, es separado del filón por un martillo de piedra que maneja entre latigazos un esclavo libio. Despues de transportado en un capazo, se le tritura con mazas de hierro, se le lava y criba y al cabo de varias calendas, aparece en Saguntum, Arse para los íberos en el taller de Alco, broncista iberorromano, localizado en el extrarradio.