Resumen
En los países del sur de Europa el robo y la exportación ilícita de obras de arte siguen
resultando una verdadera lacra. El coleccionismo y los altos precios alcanzados en el
mercado internacional por el arte y las antigüedades, lejos de ser un freno, incenti
van el tráfico irregular. Se analizan aquí varios casos y situaciones –especialmente en
territorio español– que perfilan un panorama preocupante del que no escapan ni los
museos públicos. Paralelamente se pasa revista al ámbito del patrimonio bibliográfi
co y archivístico, cuya sangría no es siempre detectable, y se esboza la espinosa cues
tión del patrimonio arqueológico, todavía más desprotegido.